Tipos de suelo

Todos podemos pisar un tipo de suelo diferente en donde sea, pero no todo tipo de suelo nos va a servir para cultivar plantas, ya sea: árboles, arbustos o cultivos agrícolas. Para un proyecto de reforestación es de los principales estudios de campo que se hacen. En esta publicación exponemos distintos tipos de suelos y como reconocer los ideales para cultivar plantas. Esto es de gran utilidad ya que es uno de los factores más importantes que determinan el éxito del crecimiento y desarrollo vegetal.

¿Qué es el suelo?

Alrededor del planeta podemos encontrar distintos tipos de suelo, dependiendo las características de éste, la vegetación puede crecen en: abundancia, muy escasa o prácticamente nula.

El suelo es la capa más superficial terrestre, esta producido por los efectos de meteorización y acción de las plantas y animales sobre las rocas. Principalmente contiene minerales y materia orgánica descompuesta junto con el agua y el aire que ocupan los espacios vacíos entre partículas sólidas. Según la norma UNE-EN ISO 14689 (identificación, descripción y clasificación de rocas) el suelo es un conjunto de partículas minerales o de materia orgánica en forma de depósito, generalmente minerales, pero a veces de origen orgánico, que pueden separarse por medio de una acción mecánica sencilla y que incluyen cantidades variantes de agua y aire.

Muchas veces salimos al patio o jardín, se hace el hoyo correspondiente y trasplantamos al suelo plantas. Estas plantas pueden crecer y desarrollarse con éxito o no, depende del cuidado de la persona y del tipo de suelo.

Tipos de suelo

El suelo suele dividirse en tres estratos (horizontes):

Horizonte A: Capa superior del suelo. Descomposición de materia orgánica con liberación de ácidos. Estos ácidos disuelven el aluminio, hierro, calcio y otros elementos químicos para moverse hacia abajo, hacia horizonte B.
Horizonte B: Zona de acumulación. Generalmente con arcillas y óxidos de hierro.
Horizonte C: Capa inferior del suelo, sobre la roca sólida no meteorizada. Se compone de trozos de rocas sueltas, ligeramente meteorizados.

Los suelos más conocidos son el Podsol y el Tschernoziem.

Los factores más importantes de la formación de un suelo son:

El clima

Temperatura

Cantidad de precipitaciones

Tipo de vegetación, tipo microorganismos

El tiempo (en años)

Estos factores determinan las propiedades físicas como:

El color: El color depende de su composición: materia orgánica y niveles minerales.
La textura: Esta propiedad se relaciona con el tamaño de las partículas que lo conforma. Arena (2.0 – 0.5 mm); Limo (0.05 – 0.02 mm) y; Arcilla (menos de 0.002 mm).
La estructura: Es la forma en la que se agrupan en el suelo y los espacios.
Capacidad de retener agua: Se refiere a los poros disponibles. Mucho aire pudre las raíces de las plantas, mucha humedad reduce el vigor de las plantas.

Los suelos más comunes son:

Gravas: Es un suelo formado principalmente de rocas formadas por clastos de un tamaño entre 2 y 64 milímetros. No retienen el agua ni los nutrientes necesarios para que crezcan plantas ahí.

Arenas: Es un suelo formato principalmente de partículas con un tamaño que varía entre 0.063 y 2 milímetros. Tampoco retienen el agua ni nutrientes, contienen muy poca materia orgánica y no son recomendables para la agricultura.

Calizos: Tienen en abundancia sales calcáreas, son de color blanco, secos y áridos. Tampoco son buenos para la agricultura.

Limos: El limo es un sedimento transportado en suspensión por los ríos y por el viento. Se deposita en los lechos de los cursos de agua o sobre los terrenos que han sido inundados. Este tipo de suelo contiene partículas de 0.0039 y 0.0625 milímetros.

Arcillas: La arcilla es una roca sedimentaria constituida por agregados de silicatos de aluminio hidratados procedentes de la descomposición de rocas que contienen feldespato, como el granito. Son de color amarillento y retienen el agua formando charcos, si son mezclados con humus de lombriz pueden ser buenos para cultivar.

Suelo para árboles y cultivos (Suelos fumíferos)

Para que las plantas crezcan grandes y fuertes es necesario que el suelo este conformado por materia orgánica. Ésta es un producto de la descomposición de los residuos vegetales y animales en el suelo. Contiene muchos nutrientes y microrganismos, lo cual constituye la fertilidad del suelo (ver compost casero y humus). Son los llamados suelos fumíferos, son de color oscuro, retienen el agua y por supuesto son perfectos para el cultivo.

Esta materia orgánica libera CO2 cuando se descompone el suelo, además remplaza una porción de oxígeno en los poros; el CO2 se disuelve con el agua y forma un débil ácido que reacciona con los minerales del suelo para liberar los nutrientes que requieren las plantas.

El suelo debe ser capaz de:

Permitir el intercambio Catiónico (CEC): Significa que el suelo es capaz de retener iones positivos. Entre mayor sea el CEC, mayor será la cantidad de potasio, amonio, calcio, magnesio, zinc, cobre, fierro y manganeso.

pH: El pH mide que tan ácido o alcalino es el suelo. Es una escala que va del 0 al 14, y su nivel neutro es el 7. Los primeros niveles (del 0 al 7) son los ácidos y los últimos (del 7 al 14) son alcalinos, para las plantas, los niveles adecuados están entre el 6.5 y 7.5, así que los niveles peligrosos son los que están fuera de este rango.

Fertilidad: La fertilidad se encarga de la capacidad que tiene el suelo para retener los nutrientes y que sean aprovechados por las plantas. Estos nutrientes de dividen en 2:

-Macronutrientes: Este tipo de nutrientes deben tener mayor presencia en el suelo para que sean aprovechados por las plantas; Los principales nutrientes son: Nitrógeno, fosforo, potasio y magnesio.

-Micronutrientes: Estos nutrientes deben están en menor cantidad pero, aun así deben estar presentes para que las plantas se desarrollen adecuadamente; los principales nutrientes de este tipo son: Hierro, manganeso, zinc, boro, cobre, molibdeno, cloro y azufre.